Leo en todos los blogs que -snif, snif que penita que el verano se acaba-. Aquí en Canarias por suerte o por desgracia septiembre, octubre y hasta noviembre si me pones pertenecen al verano ya que seguimos disfrutando de una temperatura media de 20 a 26 grados. Mi hermana puede dar fe de lo que digo porque hace dos años vino por navidad y estuvimos tomando el sol en la playa.
La parte mala de esto llega cuando empiece a veros a todas con fantásticos outfits otoñales y yo no pueda ponerme esas prendas tan abrigaditas ni en broma. Pero yo no me resisto a comprarme mis abrigos y mis chalecos de pelo. Tengo el armario cargado de prendas gruesas que sólo sale a la luz una o dos veces al año. Desde el sábado un nuevo miembro se une a este club tan exclusivo. Pero, ¿Quién podría dejar escapar la oportunidad de adquirir una estupenda cazadora de polipiel camel por tan sólo 9€? Yo no soy esa persona.
Y para hacerle compañía me llevé por 6 € un coqueto bolsito bandolera ideal para los look hippy-chic o para ir a por el pan, ve tú a saber. Gangas como esta son las que me hacen seguir entrando a C&A en mis tardes de shopping porque aunque sea una tienda más bien familiar y la primera impresión es que sólo hay básicos y ropa para yayas, si dedicas un pequeño esfuerzo a rebuscar en la zona de Yessica o Clockhouse sueles encontrar alguna sorpresa bastante interesantes.
Mientras espero al otoño, yo sigo con mi armario cargadito de vestidos vaporosos, chalecos de ganchillo, sandalias y mucho color block. Se dice que no hay que escupir para arriba porque te puede caer encima. Yo puedo decir que en cuanto al color block estoy cubierta por un gran lapo. Comencé diciendo que me aburría ver las mismas propuestas en todos los lookbooks de las tiendas y resulta que ahora mi armario parece el mismísimo cubo de Rubick, no cabe un color más. Para muestra mis últimas prendas compradas este sábado en Primark.
Espero que estas adquisiciones me duren por lo menos hasta finales de octubre. Con Primark tengo un amor- odio. Rebuscando encuentras cosas chulas y sobre todo baratísimas pero su duración es tan limitada como su precio. Los pantalones se ceden más que el queso mozzarella. Así que pronto pueden pasar de ser chinos a harem. El caso es que hasta que eso ocurra ¡Me flipan! Había también pitillos de color naranja, malva oscuro y verde mar que me los apunto para otra ocasión porque costaban 17 €, un precio poco Primark he de decir. Tengo una ley cerebral que me impide comprar en esta tienda nada que valga más de 15 €. ¡Vaya prejuicios oiga!
A parte de ropita esta semana también compré muchos potingues y me llegó mi pedido de coastal Scents, pero si os parece eso ya os lo cuento otro día.
¿Qué os parecen mis nuevas compras? ¿Ya habéis comenzado con el cambio de temporada en los armarios? ¿Alguien más ya está comprando abrigos?
